Tengo que reconocer que hasta hace poco no me encantaba el risotto y creo que fue porque muchas veces probé unos que no estaban bien hechos. Eso hasta que empece a probar otros realmente buenos y ahora me gusta mucho! Sobre todo por su simpleza y versatilidad, algo muy propio de la cocina italiana. Buenos ingredientes, que estén frescos y listo. Y seguro que queda un plato delicioso!
La base primero que nada es obviamente el arroz que usemos. Dentro de las muchas variedades italianas, las más típicas son el arborio y el carnaroli. Cualquiera de eso dos sirve perfectamente. La gracia de estos arroces es que absorben más líquido y sueltan más almidón, lo que da esa cremosidad tan característica del risotto. Es un punto importante ya que no queremos un risotto liquido o seco, sino que suave y cremoso.
Por otra parte tenemos los ingredientes que incorporaremos al arroz. No tienen que ser nada muy complicado, mientras estén frescos el resultado será bueno. En este caso hice el risotto de alcachofas porque justo había comprado unas que estaban muy frescas y tiernas. Y el resultado no desepcionó, fue una combinación buenísima.
Finalmente necesitamos un buen queso parmesano que sea rallado fresco, el toque final perfecto para cualquier risotto.
En la receta primero se hace el risotto de base o risotto bianco y lego se le incorporan los ingredientes,en este caso las alcachaofas. Este risotto de base sirve para combinarlo de diversas formas y una vez dominada esta base puedes usar tu imaginación y probar con distintos ingredientes de temporada.
Risotto de alcachofas
Para 4 personas
Para el risotto base:
1 litro de caldo de verduras, ojalá casero
1/2 cebolla picada fina
1 tallo de apio limpio y picado fino
300g de arroz para risotto
125ml de vino blanco
una cucharadita de mantequilla
50g de queso parmesano rallado fresco
Para las alcachofas:
2 limones
4 alcachofas grandes u 8 de las pequeñas
2 dientes de ajo pelados y en láminas finas.
tomillo
Primero limpia las alcachofas. En un bol pon agua fría, exprime un limón y agrega las mitades exprimidas al bol. Esto es para ir dejando las alcachofas limpias y evitar que se oxiden. Corta el tallo de las alcachofas dejando unos 2 cm. Pela y bota las hojas de afuera hasta llegas a las que tienen un color mas amarillo y están mas tiernas. Pela el tallo y la base con un pela verduras, córtalas por la mitad y con una cuchara saca los pelitos del dentro. Mientras trabajas con una mitad, la otra tiene que estar en el agua. Hay que hacerlo todo un poco rápido porque las alcachofas se oxidan con facilidad. Mantén todas tus mitades limpias dentro del bol hasta antes de usar.
Pon a calentar el caldo en una olla a fuego suave hasta que hierva. Elige otra olla de paredes altas y calienta un poco de aceite de oliva. Agrega la cebolla y el apio y cocínalos suavemente por unos 10 minutos hasta que estén blandos pero sin que tomen color. Agrega el arroz y sube el fuego, siempre revolviendo para que nada se pegue. Pon un poco de sal y fríelo por un minuto. Luego agrega el vino y revuelve hasta que se haya absorbido.
Vuelve a bajar el fuego y agrega una cucharada de caldo con un cucharon grande. Ve agregando las cucharadas de a una y espera a que el caldo se absorba para luego agregar la siguiente. Este proceso debiese demorar unos 15 a 17 minutos hasta que el arroz está al dente. Revuelve constantemente pero con suavidad. Saca la olla del fuego y agrega el trocito de mantequilla y el queso parmesano rallado. Revuelve bien y taba la olla por unos 2 minutos antes de servir, para que repose y espese más.
Hasta este punto estaría listo un risotto de base o risotto bianco. Justo antes de taparlo para que reposes es cuando le agregas tus ingredientes.
Mientras estás cocinando el arroz en su caldo, prepara las alcachofas. Pon a a calentar un poco de aceite de oliva en una olla o sartén y fríe el ajo suavemente. Mientras, saca cada mitad de alcachofa, córtala en láminas finas y agrégalas al sartén. Añade un poco de tomillo, sal, pimienta, un poco de agua y el jugo de medio limón. Cocínalas hasta que estén tiernas. Puedes tapar el sartén para que se hagan más rápido.
Una vez que sacaste tu risotto del fuego, le añadiste la mantequilla y el queso parmesano, agrega las alcachofas que cocinaste con el tomillo. Mezcla bien y tapa la olla por 2 minutos.
Para servir pon una buena cucharada de risotto, espolvoréale un poco de parmesano fresco, aceite de oliva y si quieres un chorrito de jugo de limón. Queda delicioso! El tomillo
y el limón le darán un toque especial a las alcachofas haciendo que este sea un risotto muy especial, donde lo principal sera la simpleza y frescura de sus ingredientes.