jueves, 1 de octubre de 2015

Tataki de atún

Este plato es un muy rico aperitivo o entrada. Necesita un poco de organización previa, ya que el atún va marinado, pero fuera de eso es muy fácil y el resultado maravilloso. El marinado lleva aceite, salsa de soja, ajo y jengibre. Un dato muy bueno: para que el ajo y el jengibre no sean muy fuertes, infusionamos antes el jengibre en el aceite y el ajo en la soja. Así quedará todo el sabor y aroma de estos ingredientes pero no opacarán el sabor fresco del atún. Una delicia.




Tataki de atún.
Para 4 personas

200ml de aceite de girasol
20g de jengibre fresco
200ml de salsa de soja
2 a 3 dientes de ajo
400g de lomo de atún
sésamo y cebollín para servir

Primero prepara el marinado. Pela el jengibre y pícalo en trozos medianos. Pon en una olla el aceite y el jengibre y ponlo a calentar. Retira del fuego antes que el aceite hierva. Apenas empieza a sonar un poco lo sacas. Dejas infusionar el jengibre en el aceite mientras éste se enfría. Una vez frió lo cuelas y reservas.
Al mismo tiempo infusionas los ajos, Pela los ajos y aplástalos un poco dándoles un golpe con la hoja del cuchillo. Pon en una olla la salsa de soja y los ajos y llévalos a hervir. Una vez que hierva retira la olla del fuego y deja infusionar el ajo al rededor de una hora. Luego cuela la soja y reserva.

Pon a calentar un buen sarten antihaderente. Cuando este bien caliente marca el lomo de atún por todos sus lados. Mezcla la soya con el aceite en un bol y pon el atún sellado a marinar. Guarda el bol en el refrigerador. Déjalo al rededor de 4 horas dándole la vuelta al atún a las 2 horas. Esto es para que quede de un color uniforme y así la soja no tiña solo un alado del atún.

Para servir corta finas laminas de atún y ponlas en un plato. Puedes poner un poquito de la salsa del marinado. Espárcele encima sésamo tostado y cebollín picado fino. Y a disfrutar de este fresco y sabroso plato!


viernes, 10 de julio de 2015

Rollitos marroquíes de verduras

Me encanta este plato por lo versátil que es, en cuanto a que sirve como plato principal, como picoteo, apto para vegetarianos y además esta relleno de una exquisita combinación de verduras que muchas veces no nos damos la oportunidad de comer. Los rollitos son de masa filo y van rellenos de un surtido de verduras asadas previamente. Esto hará que los rollitos sean crujientes por fuera y suaves por dentro, delicioso contraste de texturas! Van acompañados además de un dip de yogur natural y harissa que le viene perfecto. La harissa es una salsa picante marroquí muy rica. Se puede encontrar en los grandes supermercados. Sino se puede reemplazar perfectamente por un ají en pasta.




Otro ingrediente marroquí que trae este plato es el ras el hanut, que es un condimento que se hace a partir de varias especias. En Marruecos este condimento varía de tienda en tienda, ya que cada vendedor puede tener su propia mezcla de especias, de ahí el nombre ras el hanut, que significa lo mejor de la tienda. Dentro de las especias que suele llevar están la pimienta, cardamomo, canela, nuez moscada, jengibre, pimentón, entre otras. Si no se logra conseguir este condimento se puede reemplazar por algún curry suave o también podemos aventurarnos y mezclar nuestro propio ras el hanut, porque no?




Por ultimo, podemos freír en aceite de oliva u hornear estos rollitos. Obviamente la opción de hornearlos es la más sana y la frita la más sabrosa. Por lo tanto si los hacen como plato principal para un almuerzo o comida liviana, los hornearía. Si, en cambio, los hacemos como un aperitivo o entrada con invitados, los freiría. Quedan más crujientes y sabrosos. Una fritura bien echa no tiene porque ser dañina. La clave está en la temperatura y calidad del aceite.
Aunque con cualquier opción quedarán deliciosos y muy originales!

Rollitos marroquíes de verduras
Para 4 personas como plato principal

2 tomates maduros por la mitad
un zapallito cortado en láminas
una cebolla en 8 gajos
medio pimentón rojo sin semillas en trozos
una berenjena cortada en láminas
2 dientes de ajo pelados y machacados
2 cucharaditas de ras el hanut
2 limones
8 hojas de masa filo
150 gr de yogur natural, ojalá griego
2 cucharadas de harissa o ají en pasta
perejil fresco




Precalienta el horno a 170°C y prepara todas tus verduras. Pon tus verduras cortadas y los ajos en una fuente para horno. Alíñalas con aceite de oliva, sal, pimienta y el ras el hanut (o con el curry u otra mezcla de especias). Mezcla todo bien y pon la fuente al horno por unos 45 minutos. En la mitad del tiempo dale la vuelta a tus verduras. Una vez listas, sácalas del horno, deja que se enfríen y luego córtalas en trozos más pequeños y ponlas en un bol. Exprime encima el jugo de un limón y comprueba que estén bien de sal y pimienta.




Divide el relleno en cuatro. Toma dos hojas de masa filo, pon una sobre la otra y pon encima una parte del relleno. Enrolla el relleno, cuando vayas en la mitad de la masa dobla los bordes hacia dentro y luego sigue enrollando hasta formar el rollito. Repite con las tres porciones restantes.
Este tamaño es perfecto para una porción individual. Si se quieren hacer como aperitivo recomiendo partir por la mitad cada masa filo y hacer 8 rollitos más pequeños.




Para freír los rollitos, calienta a fuego medio aproximadamente medio cm de aceite de oliva en un sartén. Luego de 5 minutos estará a una buena temperatura. Pon tus rollitos y fríelos unos 2 a 3 minutos por lados, hasta que la masa este dorada. Cuando estén listos ponlos en un plato con toalla nova para que absorban el aceite.

Para hornearlos, precalienta el horno a 190°C y ponlos en una fuente con papel mantequilla. Hornéalos hasta que estén dorados y crujientes.

Antes de servir prepara el dip mezclando el yogur con el harissa o aji, un poco de aceite de oliva y pimienta. Sirve los rollitos espolvorenádoles perejil fresco picado y con unos gajos de limón. Quedan muy ricos acompañados de una ensalada verde.










viernes, 8 de mayo de 2015

Risotto de alcachofas

Tengo que reconocer que hasta hace poco no me encantaba el risotto y creo que fue porque muchas veces probé unos que no estaban bien hechos. Eso hasta que empece a probar otros realmente buenos y ahora me gusta mucho! Sobre todo por su simpleza y versatilidad, algo muy propio de la cocina italiana. Buenos ingredientes, que estén frescos y listo. Y seguro que queda un plato delicioso!
La base primero que nada es obviamente el arroz que usemos. Dentro de las muchas variedades italianas, las más típicas son el arborio y el carnaroli. Cualquiera de eso dos sirve perfectamente. La gracia de estos arroces es que absorben más líquido y sueltan más almidón, lo que da esa cremosidad tan característica del risotto. Es un punto importante ya que no queremos un risotto liquido o seco, sino que suave y cremoso.




Por otra parte tenemos los ingredientes que incorporaremos al arroz. No tienen que ser nada muy complicado, mientras estén frescos el resultado será bueno. En este caso hice el risotto de alcachofas porque justo había comprado unas que estaban muy frescas y tiernas. Y el resultado no desepcionó, fue una combinación buenísima.
Finalmente necesitamos un buen queso parmesano que sea rallado fresco, el toque final perfecto para cualquier risotto.
En la receta primero se hace el risotto de base o  risotto bianco y lego se le incorporan los ingredientes,en este caso las alcachaofas. Este risotto de base sirve para combinarlo de diversas formas y una vez dominada esta base puedes usar tu imaginación  y probar con distintos ingredientes de temporada.


Risotto de alcachofas
Para 4 personas

Para el risotto base: 
1 litro de caldo de verduras, ojalá casero
1/2 cebolla picada fina
1 tallo de apio limpio y picado fino
300g de arroz para risotto
125ml de vino blanco
una cucharadita de mantequilla
50g de queso parmesano rallado fresco

Para las alcachofas:
2 limones
4 alcachofas grandes u 8 de las pequeñas
2 dientes de ajo pelados y en láminas finas.
tomillo

Primero limpia las alcachofas. En un bol pon agua fría, exprime un limón y agrega las mitades exprimidas al bol. Esto es para ir dejando las alcachofas limpias y evitar que se oxiden. Corta el tallo de las alcachofas dejando unos 2 cm. Pela y bota las hojas de afuera hasta llegas a las que tienen un color mas amarillo y están mas tiernas. Pela el tallo y la base con un pela verduras, córtalas por la mitad y con una cuchara saca los pelitos del dentro. Mientras trabajas con una mitad, la otra tiene que estar en el agua. Hay que hacerlo todo un poco rápido porque las alcachofas se oxidan con facilidad. Mantén todas tus mitades limpias dentro del bol hasta antes de usar.





Pon a calentar el caldo en una olla a fuego suave hasta que hierva. Elige otra olla de paredes altas y calienta un poco de aceite de oliva. Agrega la cebolla y el apio y cocínalos suavemente por unos 10 minutos hasta que estén blandos pero sin que tomen color. Agrega el arroz y sube el fuego, siempre revolviendo para que nada se pegue. Pon un poco de sal y fríelo por un minuto. Luego agrega el vino y revuelve hasta que se haya absorbido.




Vuelve a bajar el fuego y agrega una cucharada de caldo con un cucharon grande. Ve agregando las cucharadas de a una y espera a que el caldo se absorba para luego agregar la siguiente. Este proceso debiese demorar unos 15 a 17 minutos hasta que el arroz está al dente. Revuelve constantemente pero con suavidad. Saca la olla del fuego y agrega el trocito de mantequilla y el queso parmesano rallado. Revuelve bien y taba la olla por unos 2 minutos antes de servir, para que repose y espese más.
Hasta este punto estaría listo un risotto de base o risotto bianco. Justo antes de taparlo para que reposes es cuando le agregas tus ingredientes.

Mientras estás cocinando el arroz en su caldo, prepara las alcachofas. Pon a a calentar un poco de aceite de oliva en una olla o sartén y fríe el ajo suavemente. Mientras, saca cada mitad de alcachofa, córtala en láminas finas y agrégalas al sartén. Añade un poco de tomillo, sal, pimienta, un poco de agua y el jugo de medio limón. Cocínalas hasta que estén tiernas. Puedes tapar el sartén para que se hagan más rápido. 




Una vez que sacaste tu risotto del fuego, le añadiste la mantequilla y el queso parmesano, agrega las alcachofas que cocinaste con el tomillo. Mezcla bien y tapa la olla por 2 minutos.

Para servir pon una buena cucharada de risotto, espolvoréale un poco de parmesano fresco, aceite de oliva y si quieres un chorrito de jugo de limón. Queda delicioso! El tomillo
y el limón le darán un toque especial a las alcachofas haciendo que este sea un risotto muy especial, donde lo principal sera la simpleza y frescura de sus ingredientes.



martes, 21 de abril de 2015

Granizado de frutillas y champaña

Nunca es tarde para retomar un proyecto. Y por eso vuelvo a publicar en el blog, después de haberlo tenido un poco abandonado. Aunque fue un tiempo que aproveché para estudiar y aprender nuevas cosas que aportarán muchas delicias al blog!
Bueno, dejando las disculpas de lado, vamos a lo que compete. Hoy traigo un postre muy rico y refrescante! Un delicioso granizado de frutillas. Lo preparé en una comida que hicimos para unos amigos y todos quedaron felices, así que me pareció una buena receta para publicar en el blog y así retomarlo. 




Es además un postre bastante sencillo en cuanto a preparación y también a sabores. Todos sabemos lo bien combinan las frutillas y la champaña. Y si a esto le agregamos un trocito de chocolate y un poco de crema chantilly, que mejor! Si se quiere hacer este postre para niños se puede reemplazar la champaña por algún jugo de berries o simplemente omitirla.
Aquí en España esta empezando la primavera, por lo que justo conseguí unas frutillas buenísimas Y, obviamente mientras mejores estén las frutillas, mejor será el resultado del postre. Afortunadamente hoy en día hay frutillas todo el año. Si la calidad que consiguen no es muy buena, se les puede agregar mas azúcar al granizado. Lo que si les recomiendo es que la próxima vez que se topen con unas frutillas en su punto, se acuerden de este postre. No se van a arrepentir! Es fresco, liviano, el final perfecto para cualquier comida! Sobre todo si ha sido una comida pesada. Se agradecen postres más ligeros de vez de en cuando. 




Granizado de frutillas y champaña
Para 4 a 6 personas

para el granizado:
1k de frutillas maduras
150g. de azúcar
3 cucharadas de agua
100ml de champaña
2 cucharadas de jugo de limón

opcionales para servir:
frutillas frescas
trozos de chocolate
crema chantilliy

Primero lava las frutillas, saca las hojas y córtalas en trozos. Ponlas en un bol junto con el azúcar y las cucharadas de agua. Pon el bol sobre una olla con agua hirviendo suavemente a baño maría, y tápalo con alguna tapa o plato para cocer las frutillas suavemente. Las frutillas estarán listas cuando estén blandas y hayan soltado todo su jugo, después de alrededor de 30 a 40 minutos.

Una vez las frutillas estén listas, cuélalas en un colador fino, reservando el jugo en otro bol. Deja enfriar el jugo y luego agrega la champaña y el jugo de limón. Puedes agregar más o menos champaña o limón dependiendo de tu gusto. Pon la mezcla en una fuente amplia y poco profunda y ponla en el freezer.




Después de una hora y media revuelve un poco la mezcla. Esto es para evitar que se forme hielo en los bordes. Vuelve a hacerlo una vez más después de otra hora y media.




Puedes servir el granizado de distintas maneras. La manera que yo hice fue poner al fondo frutillas frescas, luego el granizado. Puse un trozo de chocolate (hecho por mi) y en cima un poco de crema chantilly. Delicioso!
Puedes también poner granizado en una copa con un poco de champaña y  hacerlo más como un cóctel, y si lo haces para niños puedes ponerle un poco leche al granizado, les va a encantar!
En fin, las opciones son muchas. Teniendo un rico granizado, lo que le pongas quedara riquísimo y sobre todo refrescante.






viernes, 20 de febrero de 2015

Calçots, el banquete catalán

Una de las cosas más entretenidas de viajar o vivir fuera es poder conocer tradiciones culinarias diferentes. Y aunque uno crea que ha oído hablar de todo ya, existen muchísimas costumbres gastronómicas muy originales que uno aún no conoce. Este fin de semana tuve la oportunidad de conocer una, los calçots o calsots. Y realmente me sorprendieron. Tanto por lo que se come, por cómo se prepara y por cómo se come! Bueno, vamos por parte.
Los calçots son un tipo de cebolla originaria de Cataluña, específicamente de la provincia de Tarragona, que se cosechan cuando aun están tiernas, a fines de invierno o principios de primavera, y se cocinan en una parrilla a fuego vivo. La idea es que las capas exteriores de las cebolla se quemen quedando el interior bien cremoso. Se comen acompañados de salsa romesco, una salsa a base de pimentones secos, tomates y ajos asados, almendras, aceite de oliva, entre otros ingredientes.




No tuve que viajar hasta Cataluña para probar esta original delicia. Gracias a una amiga catalana que encargó los verdaderos calçots, pudimos disfrutarlos aquí en el País Vasco! Aunque me imagino que probarlos en una calçotada, una tradición que se celebra en Tarragona donde comen claçots a cantidades, debe ser también genial. Una verdadera fiesta gastronómica.




Una vez conseguidos los calçots (se calculan al rededor de 10 a 15 por persona), nos juntamos a prepararlos, que es básicamente juntarse al rededor de una parrilla, que mejor! Se ponen sobre la parrilla tal cual. No es necesario lavarlos ni pelarlos ya que lo exterior se terminará quemando y no se come. Se come la parte interior que queda protegida y bien cocinada, blandita y jugosa.




Cuando el calçots esta bien quemado por fuera, se sacan de la parrilla y se en vuelven en papel de diario, unos 20 a 25 calçots por paquete y se dejan cerca de la parrilla bien envueltos por una media hora aproximadamente. Esto hace que se terminen de cocer con su propio vapor quedando aun más tiernos y suaves.

Estos paquetes de papel de diario se llevan directamente a la mesa. Cada uno toma un calçots y con una mano tomas el calçots desde las hojas verdes y con la otra tiras desde abajo la parte quemada. Es bastante simple, ya que de solo un tirón sale lo quemado y te quedas con la parte interior que es la finalmente comes. Tomas el calçots ya limpio y lo untas en la salsa romesco, luego echas la cabeza hacia atrás y te comes el largo calçots de una vez, si puedes. Delicioso!




Todo esto es muy entretenido de ver y hacer. Desde que te juntas al rededor de la parrilla, esperas a que se cocinen todos, hasta que te sientas en una larga mesa y te lo comes. Ver a cada uno trabajando su calçots es genial, cada persona termina de "cocinar" su propio plato y eso lo hace algo de por si ya diferente.



 




Aunque el verdadero calçots es el de la Cataluña y la salsa romesco se hace con el pimiento de acá, yo en Chile me animaría a hacerlos. Podrían hacerse con unos cebollines nuevos. Es importante que no estén viejos ya que podrían ser un poco fuertes. Y prepararlos con el mismo sistema. Aunque no van a quedar iguales porque no se consiguen los mismos productos. les aseguro que se pasa muy bien!
Bueno y obviamente si alguno de ustedes esta en Cataluña a fines de algún invierno, no dude en ir a una calçotada, algo único, diferente, muy original y por sobre todo riquísimo!






martes, 27 de enero de 2015

Pollo con castañas de cajú

Esta receta tailandesa es muy sabrosa! Un poco diferente a los clásicos platos thai que estamos acostumbrados a probar ya que no lleva curry o leche de coco por ejemplo, pero precisamente por eso sorprende ya que es un sabor inesperado. Un sabor en todo caso sencillo que se hace con pocos ingredientes y bastante asequibles. No es necesario ir a ningún supermercado asiático para esta receta. La combinación del pollo con las castañas de cajú quedan deliciosas! Mas unos toques de pimentón, soya y naranja mmm.




Lo rico de este tipo de platos es lo rápido, fácil y sano que son de preparar. Un sacador de apuros que para mi gusto jamás falla!
Un dato importante; esta receta hay que cocinarla a fuego alto en un buen sartén o wok idealmente, por lo que hay que ser bastante ágil al prepararla para cuidar que nada se nos pase. Por eso lo mejor es tener todos los ingredientes a mano ya cortados para luego ir añadiéndolos al wok o sartén. Lo podemos acompañar con una rica ensalada aunque queda perfecto con un simple arroz blanco para acompañar esa salsita algo picante que queda. Rico, fácil, sano. Que más se puede pedir?




Pollo con castañas de cajú
Para 4 personas

300 gr de pechuga de pollo
1/2 pimentón rojo
1/2 naranja pelada
1 diente de ajo
1 cucharada de soja
jugo de medio limón
pasta de ají tailandés u otro ají en pasta a gusto
80 gr castañas de cajú
cilantro

Como comenté antes lo mejor es partir preparando todos nuestros ingredientes. Esto es lo que en cocina llaman el mise en place. Corta el pollo en cubos de 2 por 2 cm aproximadamente y deja aparte. Pica finamente el ajo y corta en cubitos el pimentón. Corta la naranja en trozos. Para que las castañas tengan más sabor tuéstalas un poco en un sartén sin aceite.

Pon tu sartén  o wok a calentar  a fuego alto con 2 a 3 cucharas de aceite vegetal o de oliva. Fríe el ajo por unos segundos cuidando que no se queme (esto pasa muy rápido) y luego agrega el pollo y la soja. Cocina todo por unos 2 minutos.

Agrega el jugo de limón y mezcla bien y continua añadiendo las naranjas, el pimentón y el ají. Disuelve bien el ají en la mezcla y agrega las castañas de cajú. Deja cocinar por 2 a 3 minutos más y ya está listo.




Para servir ponle un poco de cilantro fresco y limón para ponerle a gusto. Listo para devorar este sencillo plato con mucho sabor!



viernes, 16 de enero de 2015

Ñoquis de rúcula

Este plato es el perfecto ejemplo de lo simple pero deliciosa que es la comida italiana. Ingredientes sencillos pero que juntos son perfectos!  En este caso; ñoquis de rúcula con una salsa de mantequilla, ralladura de limón y queso parmesano. Punto. Y créanme no necesitará ni un ingrediente más y ninguno menos. Este plato es la clásica ensalada de rúcula, parmesano y limón llevada a un plato de ñoquis. (Si no han probado esta ensalada por favor háganlo. No puede ser más simple y rica. Rúcula aliñada con limón y aceite de oliva y con queso parmesano fresco rallado. Deliciosa.) 




Hacer ñoquis tiene su técnica aunque tampoco me parece algo tan complicado de hacer. Hay que tener un poco de tiempo y paciencia. Y por supuesto no frustrarse si no sale a la primera. 
Estos ñoquis los puedes dejar armados y congelados y ponerlos a cocer sin descongelar justo en el minuto de servir.  También se podría hacer esta receta con ñoquis comprados pero no será lo mismo. Sobre todo porque no podrás incorporar la rúcula picada a la masa, lo que le aporta mayor sabor y un colorido muy bonito al ñoqui. Además al hacer tus propios ñoquis tienes un mayor control de la cantidad de harina que llevan. A menos harina, más livianos serán.
El ñoqui es una pasta hecha de papas y harina. Lo ideal es usar papas viejas o más bien harinosas, ya que si la papa es muy húmeda necesitaremos más harina para formar la masa y no es esa la idea. Para evitar que la papa quede muy húmeda es mejor hornearla que cocerla en agua. Así lograremos tener un puré de papas más seco, no necesitaremos incorporar tanta harina para formar la masa y tendremos al final unos ñoquis livianos y muy sabrosos!




Ñoquis de rúcula
Para 6 personas

Para los gnocchi:
6 a 7 papas medianas
200 a 250 gr de harina
70 gr de queso parmesano rallado fresco
1 yema de huevo
1/2 cucharadita de nuez moscada 
50 gr de rúcula picada fina

Para la salsa:
100 gr de mantequilla
un cucharon de agua
ralladura de un limón
un buen puñado de queso parmesano rallado fresco
hojas de rúcula fresca para decorar.

Primero cocinamos las papas para los ñoquis. Precalienta el horno a 220°C. Frota cada papa entera y sin pelar con aceite de oliva y pínchalas con un  tenedor un par de veces. Ponlas en una bandeja al horno por una hora. Sácalas y con cuidado parte las papas por la mitad para que salga el vapor. Deja que se enfríen por un par de minutos. Con una cuchara raspa el interior de cada mitad de papa y pasa las papas por un pasapurés. Así evitarás que queden grumos y los ñoquis quedarán más suaves. Deja tu puré en un bol.




En otro bol pon la harina y haz un hoyo al medio. No pongas toda la harina ya que la cantidad dependerá de tu puré de papas. Es mejor poner menos y luego ir incorporando más si es necesario.
En medio del bol pon la yema de huevo. Al rededor de la harina agrega el queso, la nuez moscada, sal, pimienta y el puré de papas. El puré tiene que estar tibio para que todo se incorpore mejor. Si ya se te enfrió ponlo un minuto o menos en el microondas. Comienza a mezclar todo con las manos desde el medio hacia afuera. Si la mezcla está muy húmeda agrégale más harina. La masa tienen que quedar firme para que después los ñoquis no se desarmen al momento de ponerlos a hervir. Si no te sientes seguro con tu masa puedes poner en agua hirviendo una pelotita. Si se desarma es que le falta harina a la masa.

Hasta aquí estará lista la masa básica para cualquier ñoqui,  En esta caso le vamos a agregar la rúcula picada. Mezclamos bien hasta que la masa esté homogénea. Es importante no amasar en exceso esta masa, ya que mientras más la amasemos más harina habrá que ponerle. Una vez lista deja reposar tu masa por unos 10 minutos.




Para armar los ñoquis cortas un trozo de masa y formas, en una superficie enharinada, un tubo largo de 1 a 2 cm de grosor. Luego con un cuchillo cortas el tubo formando cuadraditos de uno por uno aproximadamente. Puedes con un tenedor formarle las típicas estrías que tiene los ñoquis. También existe una tablita de madera que te ayuda a hacer esta forma, que es la que usé yo. Pero si no, déjalos cuadrados. Las estrías para lo que sirven es para que la salsa se adhiera mejor al ñoqui pero no son indispensables.




Ve dejando tus ñoquis listos es una bandeja enharinada. Cuando ya los tengas todos cortados pon la bandeja en el refrigerados por 15 a 20 minutos. 




Pon una olla con agua y sal a hervir. Cuando el agua este hirviendo pon tus ñoquis en la olla. Cuando empiecen a flotar es que están listos. Sácalos con un cucharon con hoyos y ve poniéndolos en un colador. 

Para preparar la salsa pon la mantequilla a derretir en un sartén. Cuando se haya derretido agrégale el cucharon de agua y comienza a mover tu sartén en círculos hasta que el agua y el harina se unan bien. Agrega la ralladura de limón, sal, pimienta y el queso parmesano. Une bien y agrega tus ñoquis ya cocidos. Mezcla todo bien en el sartén y ya están listos para servir!.

Pon los ñoquis con la salsa de mantequilla agrega un poquito más de queso parmesano y un par de hojas frescas de rúcula. Un plato de verdad delicioso. Muy fresco, sencillo pero lleno de sabor!